SEÑALES
Hoy es un día como otro cualquiera. Dos niños corren de la
mano hacia el colegio, pintados en una señal de tráfico. El elegante señor del
sombrero, trazado en el interior de un triángulo, cruza la calle protegido por
las rayas de un paso de cebra. Más allá, en una señalización de obras, el
rígido dibujo de un hombre se inclina sobre una pala, condenado para siempre a
su penoso trabajo. Y por todas partes, aunque a veces no se vean, monigotes que
corren tras una flecha, hacia una puerta dibujada, en las señales que sirven
para indicar salidas de emergencia que, a la hora de la verdad, no existen o
casi nunca funcionan.
De seres perdidos en parques temáticos (Inédito, 2012)
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