martes, 11 de agosto de 2009

AMADA REGINA (JOAN MARGARIT)



En todas las ciudades buscó siempre
un hotel que llevara el nombre de ella.
El Regina de Roma y su fachada
severa y gris, fascista, de granito.
El Regina de Londres, frente a un parque
tristísimo al crepúsculo. El Regina
con las piedras negruzcas de Bruselas.
El cálido Regina de París,
junto al «quai» solitario de barcazas.
El Regina y su zócalo de moho
lamido por las aguas oscuras de Venecia.
Y cuando ella murió, y él no viajaba ya,
el último Regina, en el bullicio
del centro, en Barcelona,
le acogió con sus gélidos espejos
y con su delicada marquesina
de hierro y de cristal en la calle Bergara.
Regina amada, hoteles y mujer:
algunos negros bultos en la noche,
la caldera encendida y los neones
de tu nombre, violentos de tanta soledad.
Ciudades que están llenas de imprevistos
hitos de amor.

lunes, 3 de agosto de 2009

NINOT INDULTAT



AVISO- Acepto toda clase de regalos. Sartenes, vajillas, relojes, cuberterías y, especialmente, trajes. Si me los hacen, que sea porque les caigo bien, o les parezco simpático, o porque les gusta lo que escribo, o qué sé yo, ustedes mismos. No piensen que por aceptarlos les trataré mejor, o no hablaré mal de ustedes en mis relatos, o que aparecerán en las dedicatorias de mis libros. Yo no quiero meterme en líos ni hacer cohecho literario. Si ustedes me los hacen que sea porque les apetece y a cambio de nada. Yo, si los acepto, lo haré por no hacerles un feo o no quedar mal con mi público (tres o cuatro lectores). "Ante todo la educación, niño", como decía mi padre. Todo sin ningún interés. Ustedes por su corazón dadivoso. Yo porque soy buena persona y no sé decir no. Y espero que si alguna vez soy jurado de un premio literario y me juzgan por haber aceptado un jamón del autor del libro que resultó ganador, tener algún amigo en la Real Academia de la Lengua, que diga que simplemente lo acepté por amor a los productos españoles.