domingo, 28 de febrero de 2010

¿POR QUÉ ESCRIBO?


Joder. He leído estas palabras de Clarice Lispector, recogidas en el magnífico Blog de Pablo Miravet- Clément Cadou- (el link lo tenéis en mi blog, al margen), y no he podido resistirme a transcribirlas. Aunque lo sabía de una manera instintiva, nunca he logrado contestar con palabras, de una forma certera, a la inevitable pregunta de ¿por qué escribes? Pero alguien -ella, Clarice-, ya había contestado, por mí y otros como yo, mucho antes. Yo nunca podría haberlo dicho así. Con palabras tan cercanas a lo que siento.

“Escribo porque no tengo nada que hacer en el mundo: estoy de sobra y no hay lugar para mí en la tierra de los hombres. Escribo por mi desesperación y mi cansancio, ya no soporto la rutina de ser yo, y si no existiera la novedad continua que es escribir, me moriría simbólicamente todos los días”.

viernes, 26 de febrero de 2010

EN BABIA





Tengo una amiga a la que ya no sé qué recetarle para esa especie de tristeza sutil que arrastra. Sólo puedo decirle que, yo y algunos más, la esperamos allí. En las calles de Babia. Donde no se ficha, ni se hacen informes, ni hay fiscales-jefes. Donde nadie de este lado la puede herir. Donde se entra descalzo: sin zapatos de Jimmy Choo.


IDIOSINCRASIA
Es su carácter. Ven el tronco de un árbol talado y no les importa qué especie hubo allí. Ellos inventarán una sombra. Las ramas que no conocieron. Hasta el lado hacia el que las doblaba el viento momentos antes de caer. Son ellos. Los tiernos habitantes de Babia. Ya les decían sus padres que nunca serían hombres de provecho.

Cromos (Editorial Denes.2007)



sábado, 20 de febrero de 2010

MAYO (UN POEMA DE KIRMEN URIBE)



Mira, ha entrado mayo,
Ha extendido su párpado azul sobre el puerto.
Ven, hace tiempo que no sé de ti,
Se te ve tembloroso, como esos gatitos que ahogamos siendo niños.
Ven, y hablaremos de las cosas de siempre,
Del valor que tiene ser amable,
De la necesidad de arreglárselas con las dudas,
De cómo llenar los huecos que tenemos dentro.
Ven, siente en tu rostro la mañana,
Cuando estamos tristes, todo nos parece oscuro;
Cuando estamos fuertes, el mundo se desmigaja.
Cada uno de nosotros guarda algo desconocido de las vidas ajenas,
Sea un secreto, un error o un gesto.
Ven y pondremos verdes a los vencedores,
Saltaremos desde el puente riéndonos de nosotros mismos.
Contemplaremos en silencio las grúas del puerto,
Porque estar juntos en silencio es
La mejor prueba de la amistad.
Vente conmigo, quiero cambiar de país,
Dejar este cuerpo mío a un lado
Y meterme contigo en una concha,
Con nuestra pequeñez, como los bígaros.
Ven, te espero,
Continuaremos la historia interrumpida hace un año,
Como si no tuvieran un círculo más
los abedules blancos de la ribera.

miércoles, 10 de febrero de 2010