Para mi amiga, Maya (como la abeja)
Otra vez estoy haciéndolo. Dije que lo dejaría. Como un fumador empedernido, he caído de nuevo en la trampa. Doy palabras a oídos sordos, mi tiempo a quien no lo aprecia. Entro en conversaciones mezquinas y causas pueriles y vacuas. Sin fuerza de voluntad pero consciente, sigo las espirales del humo. Y temo que me sorprenda el día en que, con un enfisema en el ánimo, pesen sobre mis hombros los días que perdí diciendo que iba a dejarlo.
(Cromos, 2007)
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