jueves, 14 de enero de 2010

ÁNGELES

Él quería creer en Dios, pero nunca le convencieron las palabras. Los fascículos y los versículos. El Evangelio según San Marcos. Así que aquella noche de insomnio buscó la fe de otra manera. Rezó una oración de la infancia que guardaba en el recuerdo y, como solía hacer entonces, se fue con ángeles a la cama. Varios pares de alas, innumerables brazos e infinidad de bondadosas lenguas recorrieron con devoción su cuerpo en una oscuridad absoluta. Acabado el servicio, encendió la luz y le pagó lo convenido. Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me la guardan… A solas en la habitación de nuevo, se acercó a la ventana. Buscando el cielo entre las fincas, con el alma aún llena de plumas, diez veces agradeció al Señor que hubiera elegido su cama y el dulce cuerpo de Ángeles, pecador pero divino, para repetir el milagro de la multiplicación instantánea de los panes y los peces. De las lenguas y las alas.

Feos(Relatos) Editorial Denes. 2009

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