Hace unos meses leí una entrevista donde Ana Maria Matute manifestaba que unos de los mejores cuentos que había leído en su vida era Vanka de Chejov. Estoy de acuerdo. Y tratándose de Chejov, sobran mis palabras. No hay escritor que se precie que no reconozca su maestría para el relato -nunca escribió novelas- y también para el teatro. Tengo la suerte de haber leído casi todos sus relatos, y os recomiendo el volumen "El beso y otros cuentos", editado por Edhasa, donde se agrupan un buen número de ellos. Entre mis favoritos destacan el titulado "Enemigos" y, especialmente,"El hombre enfundado". Respecto a éste último, os resultará sorprendente como en un cuento escrito en el siglo XIX, alguien puede definir a uno de esos seres abducidos, sin opinión propia, fieles cumplidores de los reglamentos y carente de imaginación, que cualquiera de nosotros podemos reconocer hoy en día a nuestro alrededor, en la calle o en la oficina. Os suena. Ojo clínico el de Chejov.
Aquí os cuelgo el enlace donde podéis disfrutar de Vanka y El hombre enfundado. Dos obras maestras. Como siempre, que los disfrutéis.
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