Las canciones de FACTO DELAFÉ Y LAS FLORES AZULES están entre el hip-hop y el pop, ya que combinan el parafraseado del hip-hop con melodías y estructuras más propias del rock, el pop, el soul o la electrónica. Esto les aleja del típico 4x4 que caracteriza al rap. Las letras, más próximas a la poesía que a la agresividad del hardcore, son positivas y críticas al mismo tiempo y exploran sensaciones poco habituales en el panorama nacional.
Esta es la definición que ellos mismos dan de su música en su myespace. Y estoy de acuerdo con ella, después de escuchar los dos discos que tienen en el mercado. Me llama la atención de ellos la calidez de su música, y esa especie de rapeado popero con que interpretan sus hermosas letras, en las que se vislumbra la cotidianidad y el placer por las pequeñas cosas. En un mundo tan estresado como el que vivimos, a mí me relajan. Aquí os dejo su último vídeo "El indio", de su disco La luz de la mañana.
4 comentarios:
joder, vaya ritmo, iba a decir algo sobre el poema de Vian (tempus fugit, siempre Boris, este año volví a leer "Escupiré sobre vuestra tumba" y todavía me tiembla un poco el pulso) y me encuentro colgada una de Facto de la fe. La mejor canción de Facto de la fe es, creo, "Enero en la playa", la he oído cientos de veces
un saludo tibio
Me encanta "Enero en la Playa". Y también Boris vian. ¿No crees, aunque pueda parecer descabellado, que tienen ambos algo que ver? Me refiero a Boris y a Facto. Inventan,se salen de lo establecido, hablan de las pequeñas cosas de la vida. De lo importante. Y se ríen, a su manera, de todo. Y de todo hacen poesía. Un saludo.
Una frase de una conversación de "La espuma de los días" de Vian podría tal vez servir para definir ese vínculo poético (dichoso, pleno y profundamente vital):
"A mí lo que me interesa no es la felicidad de todos los hombres, sino la de cada uno de ellos"
un saludo tibio
Tienen la alegría de un globo elevándose en el aire, la ternura que inspira un niño que habla solo, la ironía del que ha vivido mucho y opta por hacer el camino de regreso a la inocencia. Me encantan, y sí, enero en la playa es un clásico. Debajo de su suavidad, hay una bomba de rebeldía contra todo lo que nos roba lo importante.
Un fuerte abrazo
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