Ayer salí por Valencia que se encuentra en plena vorágine fallera y a mí, que soy rarito, en vez de darme por fotografiar fallas, falleros y/o buñuelos, me dio por hacer fotografías de viejas paredes y viejos barrios, que alguien con un espíritu más poético que el mío redecoró a su gusto. Aunque parezca mentira, estos maravillosas pinturas están en nuestra ciudad: probablemente, una ciudad distinta a la que ven Rita Barberá , Camps y sus sastres.
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