jueves, 7 de octubre de 2010

NUNCA HE ENTENDIDO A LAS SIRENAS


REPROCHES

Soy lo que la marea ha traído hasta aquí y esta mañana divisas con claridad: acaso los restos de la vela de un barco y del mástil que la sujetaba, los fragmentos musgosos del casco que guardó buen vino en las bodegas. Ni rastro de la embarcación que fui o del velero que quisiste que fuera, pero contigo me desguacé en tempestades oscuras como ataúdes. Así que no marques en el mapa los arrecifes donde he encallado ni grites, lejos ya del astillero, mis defectos de construcción. Pude haberme entregado al océano e ir al fondo con las ánforas. Sin embargo sobre sus aguas, flotando a duras penas, mi naufragio vuelve a la orilla donde tú refrescas los pies.

El sitio justo 2008 (Colección Palabra Ibérica, Punta Umbría)

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