Hace lustros que no veo a mi querida señorita Paula. Me acariciaba imaginándola desnuda frente al encerado. A la derecha, el mapa de España. A la izquierda, el de un mundo que ya no existe. Y ella pronunciando palabras en un inglés primitivo: “boy, house, windows”. Si alguna vez lee estas líneas, pensará que soy un depravado. Ayer por lo que hacía. Hoy porque lo escribo. Acaso le reconforte saber que, además del sexo, estaba enamorado de ella. Que no pasan los años por los pezones que aún beso en mi cabeza.
(Cromos, 2007)
Editorial Denes
3 comentarios:
...y mala señal sería si dejas de besarlos. Genial esta señorita.
Gracias Woody por tus palabras. ¿Quien no ha tenido alguna vez una Señorita en su vida? El que no la haya tenido es que no ha sido niño, ni ha sido feliz. Felices fiestas.
La mía fue una profesora de la universidad, ya que en mi cole eran religiosos con sotana o profesores circunspectos.
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